- 1989 Dentro de la gira de promoción de su primer disco EL MAR NO CESA, se presentan en Victoria España
- 1993 Continúa la gira EL CAMINO DEL EXCESO, con conciertos todos los días, esta vez tocan en Bruselas Bélgica.
click en la imagen para descargar el disco
- 1995 Por segunda semana (no consecutiva) la canción IBERIA SUMERGIDA, primer single de su disco AVALANCHA, llega al primer puesto de la cadena LOS 40 PRINCIPALES de España.
- 1995 Continúa la primera parte de la gira AVALANCHA, recorren Europa, este día tocan en Sempach Suiza.
- 1999 Bunbury está en promoción de su disco PEQUEÑO, esta noche toca en Murcia España, a continuación una pequeña crónica:
Crítica concierto Murcia (4/11/99). Concierto: Bunbury. Formación: Enrique Bunbury (voz, guitarra), Copi Corellano (teclados, voces), Rafa Domínguez (guitarra), Del Morán (bajo), Ramón Gacías (batería) y 5 músicos más. Lugar: Discoteca Viva Murcia, jueves 4 de noviembre. Calificación: Bien.
«No soy purista a la hora de construir mi dramaturgia», afirma Enrique
Bunbury y la confesión le delata. Nunca quiso ocultarlo. Antes al contrario,
del discurso grandilocuente siempre hizo bandera y no más pisar el escenario su
traje rojo escarlata; con chaleco amplifica al personaje teatral, afectado y
dramático.
Casi trágico en sus interpretaciones. Cierto es que ahora opta por un
mensaje menos ampuloso que el que le encumbró con Héroes del Silencio, que por
momentos hasta logra mostrarse simpático y terrenal, pero hay un halo de
solemnidad que inunda poderosamente el decorado. Y dentro nada Bunbury como los
delfines en el mar.
Nada mejor, pues, que iniciar la gira de presentación de su flamante
nuevo álbum, Pequeño, con un tema de apoteósico titular como Infinito, por más
que el contenido intente jugar en los terrenos del tango y la ranchera. Y
finalizar el concierto, antes de los bises, con Contradictorio. Caray, este
Bunbury más que títulos utiliza autorretratos. El extranjero, con esas
trompetas en clave de fanfarria a lo Goran Brégovic, la moruna ¿Dudar? Quizás o
el intento de acercamiento al cabaré que supone De mayor son algunos de los
mejores momentos del nuevo trabajo, también sobre las tablas.
Bunbury no decepciona en ningún momento. Su pose es dura de digerir,
cierto, pero el trabajo desarrollado roza lo ejemplar. Arropado por una banda
numerosa y notable, sin apenas concesiones para con su triunfal pasado (sonaron
Alicia, Planeta Sur y poco más), con un espectáculo en cualquier caso bien
diseñado y con esa voz poderosa y cuasi litúrgica que provoca reacciones
encontradas. Cada vez que sube a un escenario aumentan las ventas de tapones
para los oídos, pero en una mínima proporción comparados con el número de
incondicionales y nuevos adeptos.
La nostalgia hizo acto de presencia cuando invitó a Jaime Urrutia para
interpretar entre ambos Más dura será la caída. Parece que el cantante de
Gabinete Caligari prepara trabajo en solitario y Enrique, agradecido con su
legado, le presta su plataforma. Un buen concierto, sí, pero en el que la
supuesta conexión con Leonard Cohen o Tom Waits –tan reivindicados
hoy por Bunbury– no se atisba ni con anteojos.
- 2000 Bunbury continúa una serie de 3 conciertos en Buenos Aires Argentina, este es su segundo día, se presenta en la Sala Roxi, a continuación una pequeña reseña de ese día:
ÉXITO DE SU "PEQUEÑO CABARET AMBULANTE"
Bunbury llenó tres noches consecutivas en Buenos Aires
Por María Laura Villaverde
Buenos Aires. Sala Roxy.
Sábado 4 de noviembre de 2000
Buenos Aires se vistió de fiesta para recibir a un gran artista. Los
días de lluvia cesaron, la noche se hizo hermosa y entonces, en el corazón de los bosques de
Palermo, se abrieron los arcos y salió el sol, a pesar de la hora.
Si bien "The Roxy" no es el mejor lugar para tocar, con un escenario pequeño, ninguna ventana, cero ventilación, mala organización y demás yerbas, Enrique pudo contra todo lo adverso. Hasta el efecto extraño que le dio el sonido del paso del tren por encima parecía buscado. Con escasa promoción, llenó las tres fechas, pero el sábado desbordó. Tuvieron que reforzar el vallado y la gente se colgaba de dónde podía para lograr verlo y oírlo un poco mejor.
Si bien "The Roxy" no es el mejor lugar para tocar, con un escenario pequeño, ninguna ventana, cero ventilación, mala organización y demás yerbas, Enrique pudo contra todo lo adverso. Hasta el efecto extraño que le dio el sonido del paso del tren por encima parecía buscado. Con escasa promoción, llenó las tres fechas, pero el sábado desbordó. Tuvieron que reforzar el vallado y la gente se colgaba de dónde podía para lograr verlo y oírlo un poco mejor.
Cómo todos esperábamos, Enrique brilló. Con más de diez músicos en
escena y un bajista que se ganó al público de una manera pocas veces vista en esta aporteñada
ciudad, recorrió todo el repertorio de su "Pequeño Cabaret Ambulante", más
dos temas de Héroes (Maldito Duende e Iberia Sumergida) que hicieron temblar a aquellos que
pujan por una vuelta.
Volvió a salir dos veces, luego de la despedida, y en el último
reencuentro invitó a subir a una chica a la que conoció improvisando en un boliche de Tangos en
Buenos Aires. La presentó con honores. Se llama Laura. Aunque a sus fans femeninas no les cayó muy simpático ver ese derroche
de cariño delante de sus ojos, la chica cantó "Confesión" a dúo con Enrique y
el recinto se quedó atónito.
¡Esto sí que es Argentina! No hizo falta nada más, un adiós sincero y hasta que se vuelva a abrir este u otro "Cabaret Ambulante".
¡Esto sí que es Argentina! No hizo falta nada más, un adiós sincero y hasta que se vuelva a abrir este u otro "Cabaret Ambulante".
- 2004 Bunbury está en medio de la gira FREAK SHOW, una idea del cantante cuya presentación se daba dentro de una carpa de circo con algunos invitados especiales, toca por casi 3 horas un lugar abarrotado de gente, con las entradas agotadas con anticipación. Ese mismo día el escritor Pep Blay al final del concierto le plantea la idea a Enrique de escribir un libro sobre su vida, este libro se llamó LO DEMÁS ES SILENCIO.
- 2009 La gira Hellville de Tour está presentando sus últimas fechas, recorre Estados Unidos, esta noche toca Bunbury y los Santos Inocentes en el Teatro Nokia en Los Ángeles:
LOS ÁNGELES
(4.11.09): "LAS VIRTUDES DEL CAMALEÓN"
A estas alturas,
cualquiera que vaya a un concierto de Enrique Bunbury con la
intención de escuchar los éxitos de su vieja banda Héroes del Silencio tiene
que estar seriamente despistado.
Eso es algo que pareció entender la mayoría de los fanáticos que se reunieron
el miércoles pasado en el Teatro Nokia y que celebraron con
mucho entusiasmo la actuación, en la que se incluyó sólo un tema de los añorados Héroes:
"La herida".
Como solista, Bunbury es menos explosivo, pero mucho más
versátil que su vieja banda; no ha dejado de llevar el atuendo rockero que lo
caracterizó siempre (y que sigue recordando a Jim Morrison), pero
adopta frecuentemente senderos más introspectivos, pasajes más acústicos y
ritmos menos frenéticos.
Claro que eso no fue del todo evidente al principio del show, que empezó con
una buena muestra de los cortes más contundente de su más reciente placa, "Hellville
de Luxe", incluyendo "Hay muy poca gente", una canción
enérgica y celebratoria que sí recuerda lo hecho por los Héroes.
Pero el vocalista empezó pronto a cambiar de ritmo para desgranar piezas más
atmosféricas y lentas, como "Doscientos huesos y un collar de
calaveras" (donde uno de sus músicos se desprendió de la guitarra
eléctrica para encargarse de la mandolina), o para asumir una tendencia
folclórica y balcánica a través de una vibrante versión de "El
extranjero" que incluyó acordeón, ukulele y contrabajo.
A lo largo del concierto, Bunbury -que tocó la guitarra
acústica- demostró que también le da cabida a temas inspirados en el bolero y
en la ranchera, como lo atestiguaron "Sácame de aquí" e
"Infinito", un par de composiciones que, además de probar su estrecha
relación con el país vecino, son dos las más aclamadas por la audiencia
mexicana.
Pero el interés cultural del cantante y creador no se limita a una sola región,
ya que el mismo show le sirvió también para presentar "Canto (el mismo
dolor)" -una pieza inspirada en la música costeña del Perú- y lo hizo
recurrir a arreglos instrumentales que remitían frecuentemente a sonidos
provenientes del tango, del cabaret francés y de otras escuelas menos
discernibles.
Lo curioso es que, a pesar de sus constantes variaciones musicales, el arte
de Bunbury no se altera mayormente en lo que respecta a su
interpretación vocal, cuya impostación extrema resultaba conveniente para el
sonido más 'heavy' de losHéroes, pero que se muestra a veces excesiva en
sus temas más suaves.
Por el lado rockero, el mismo cantautor se inclinó mayormente hacia las
influencias psicodélicas que se han plasmado en varios de sus trabajos como
solista, recordando a Pink Floyd en algunos de los pasajes
instrumentales del excelente corte "Alicia" y rindiéndole tributo
a David Bowie en "Lady Blue", una composición
completamente metida en la onda espacial del citado británico durante su etapa
como Ziggy Stardust.
En todo caso, el zaragozano -que tiene una personalidad impetuosa y no suele
llevarse bien con la prensa comercial- no quiso probarle nada a nadie, ya que
concluyó su notable presentación con "Si no fuera por ti", un
llamativo surco de marcado acento rockero, con un estilo muy anglosajón y
ninguna tendencia latina.
- 2010 Bunbury continúa por segunda noche su serie de 3 conciertos en el teatro GRAN REX en Buenos Aires, una reseña:
BUNBURY - TEATRO GRAN REX, BUENOS AIRES (ARGENTINA)
04.11.10
Segundo round bajo los focos del Grand Rex.
Suena la campana, y el púgil Enrique Bunbury -vistiendo calzón
negro de calaveras- no se arrincona en la esquina del cuadrilátero para lanzar
ganchos de izquierda sin bajar la guardia. Consecuente y tenaz, el maño se
siente cubierto por Los Santos Inocentes, que desde los bajos del ring le
apoyan y dan aire para seguir golpeando, con la verdad del rock and roll, dando
donde más duele. El público argentino aplaude cada lance del espectáculo: 'Los
habitantes', 'Bujías para el dolor', 'Iberia sumergida'
o 'El Anzuelo', esta última pasada por un filtro al estilo Black
Crowes. Con alguna herida abierta, el boxeador, sudoroso se siente en una
esquina, apoyado en las cuerdas... toalla al cuello clava la mirada en su
contrincante. Ahora toca aguantar el último asalto y espera ganar por KO. Que
no cambien a su modo un episodio de historias.
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